Tuesday, October 24, 2006

El incubo.HAC-01: El desencanto de la Revolución y la crisis del Clasicismo (XXXV).

TÍTULO: El íncubo.
AUTOR: Füssli.


En este sentido hay que considerar su famoso óleo sobre tela titulado "El incubo", o la reencarnación del demonio que actúa cual varón, también denominado "La pesadilla" (1781, Institute of Arts de Detroit), que fue después grabado y ampliamente difundido. En esta obra un pequeño monstruo, una caricatura demoníaca a la par horrible y hasta cómica y graciosa, aparece sentado en cuclillas sobre el vientre de una mujer joven y hermosa, que yace tal vez dormida, o desmayada o quizá ya muerta, sobre una cama, mientras la cabeza de un caballo se asoma divertido tras de un cortinón. Aquí la belleza (la mujer), la fealdad y el horror (el monstruo) y la lujuria (el caballo) se dan cita y se encuentran en una escena de esperpento.

Produce la imagen de una representación ya, o casi ya, surrealista. Es el universo de la pesadilla nocturna, donde la lujuria se realiza monstruosa y demoníaca en un tiempo indefinible entre el pasado y el futuro, pues, representada la escena en un presente intermedio a modo de pausa, no se sabe si algo ya ha ocurrido o tal vez va a suceder. Formalmente se juega de un modo antagónico con lo bello, la hermosura femenina, y lo horrible, contraponiéndose ambiguamente dos estéticas diferentes, pero de posible relación.

Quizá se pueda percibir una crítica sesgada hacia un exceso de belleza en una época ya cansada de tantos clasicismos, que ha olvidado o minimizado otras estéticas diferentes. Viene a ser una premonición de muchas representaciones "románticas" en un momento histórico donde se percibe que la moderada época ilustrada, de tanto equilibrio, ha conducido a la revolución social con la ruptura de los estamentos. Hay, sin duda, un cierto paralelismo entre estas representaciones pictóricas tan sublimemente pintorescas y las utopías escritas y proyectadas arquitectónicamente de la Ilustración, que se desbordan más allá de la misma realidad.