TÍTULO: Las tres gracias frente a Himeneo.
AUTOR: J. Reynold.
NEOCLASICO INGLÉS.
Reynold concibe la pintura como un arte documentado. Amaba la lectura como estimulante para la creación pictórica. Aparentemente espontáneos, sus cuadros son verdaderos paradigmas de armonía cromática. Su tonalidad cálida reconoce origen veneciano. Asombra su variedad, hecho que exasperaba a Gainsborough, su rival.
En efecto, valiéndose del retrato, tocó el paisaje, la mitología y la gran composición. Y, en el mismo retrato, es el pintor inglés que menos se repite. Nada debe de extrañar en artista que tanto se exigía. No podemos tener la seguridad del parecido en sus retratos, ya que evita toda imperfección o fealdad.
Realmente exagera cuando hace tan heróica y grandiosa a toda la sociedad británica, aunque es evidente que trata de representar al tipo medio. Sin embargo, en lo que el maestro es admirable es en dar a cada personaje la condición de su sexo, profesión y edad. Las madres son castos seres que aman tiernamente a sus hijos. En el Comodoro Keppel se advierte la bravura del marino británico. Lord Heatfield, con las llaves de Gibraltar en la mano, es un símbolo de la firmeza británica por mantenerse dueña del Peñón.
El Doctor Johnson encarna al hombre de letras; concentrando el pensamiento, está a punto de pronunciar con firmeza su decisión. Mas también es gran pintor de niños, en los que descubre su inocencia (Miss Bowles, los Brummel, el niño Haré, etc.).Con el retrato se abre el paisaje. Nelli O'Brien aparece bañada de salpicaduras luminosas, anunciando los cuadros impresionistas. Se enfrenta también con lo mitológico, pero lo hace inmanente de lo real.
Cuando pinta las Tres Gracias ante la estatua de Himeneo, en rigor no hace otra cosa que un bello retrato al aire libre de las tres hijas de Sir William Montgomery. La elegante lección de Van Dyck en sus obras es evidente.