TÍTULO: La batalla de Eylau. (1.808)
AUTOR: Antoine-Jean Gros.
Se ha considerado el cuadro "Napoleón en Eylau" del año 1808 como una obra que, al mismo tiempo que parece cerrar la pintura de historia de corte neoclásica, abre la escenografía del historicismo del llamado romanticismo histórico. Viene a ser una clara manipulación de la realidad, de la cual se vale de forma naturalista, para lograr su recreación teatral y enfática, y alcanzar la consideración de emblema.
El héroe Napoleón, perfectamente identificable, se muestra más humano, menos glorioso, con la tristeza de la heroicidad conseguida tras de la gran matanza colectiva de la batalla, que resta toda gloria. Ya no se tratan de héroes dibujados fríamente como actores en medio de un escenario teatral arquitectónico, sino de un paisaje natural sin vida, de nieve, fuego y humo, donde aún se percibe la sangre derramada.
El orden y la claridad visual clasicista de David, se vuelve en Gros desorden compositivo y hasta horror vacui, dado que la humanidad, la viva y dinámica y la muerta e inerte, lo ocupan casi todo, enfrentándose entre sí. En "El juramento de los Horacios" aquel eligió el momento ejemplar, incongruente y previo al sacrificio doloroso; aquí éste ha seleccionado la secuencia final de la hazaña, llena de sangre derramada, que ha convertido la gloria en tragedia.
